No resulta extraño encontrar la palabra “tartán” en noticias y artículos sobre atletismo cuando se hace referencia al pavimento sobre el que entrenan y compiten los atletas. ¿Pero de dónde surge esta palabra? ¿Es correcto utilizarla como sinónimo de estas superficies deportivas?
El Diccionario de la Real Academia Española (RAE) señala que el tartán es la tela de lana con cuadros característica de Escocia, pero también recoge una segunda definición: “Material formado por una mezcla de goma y asfalto, muy resistente y deslizante, que se emplea como superficie de pistas de atletismo”. Cierto es que el diccionario también señala que esta acepción se corresponde con una marca registrada. ¿Cómo? ¿El tartán es una marca comercial?
México: el origen
Para empezar a atar cabos es necesario dar un salto en el tiempo hasta 1968, año en el que se disputaron los Juegos Olímpicos en México. Para las pruebas de atletismo, la pista del Estadio Olímpico Universitario se equipó con Tartan, que era el nombre comercial con el que la compañía estadounidense 3M bautizó al pavimento de poliuretano que había desarrollado para este deporte. Esa pista fue una auténtica revolución porque, por primera vez en unos Juegos Olímpicos, se utilizaba un pavimento sintético en lugar de una pista de ceniza.
En los Juegos Olímpicos de México 1968 se batieron nada menos que 22 récords mundiales, favorecidos por la gran altitud de la ciudad de México. El impacto de la pista fue tal que la marca comercial Tartan se popularizó como nombre genérico para todos los pavimentos sintéticos utilizados en competiciones de atletismo. Medio siglo después, y aunque 3M dejó de fabricar pavimento para pistas hace décadas, el término “tartán” sigue presente en el vocabulario deportivo.
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El enlace escocés
Entra en juego la conexión del tartán con Escocia y la primera definición del diccionario de la RAE, la de la tela de cuadros escocesa. El nombre de muchos productos de 3M lleva asociado el término “scotch” (escocés), que pasó de ser un adjetivo peyorativo en contra de la compañía (en Estados Unidos se utilizaba como sinónimo de “tacaño” en la década de 1920) a ser una de sus señas de identidad .
Como ha ocurrido con Coca-Cola, Donuts, Kleenek o Chupa-Chups, varias de las marcas comerciales de 3M se han transformado en nombres genéricos para la población, como es el caso del pósit (Post-It). Otras marcas de la compañía que también forman parte del vocabulario popular mantienen la mención explícita a esa ‘conexión escocesa’: la cinta adhesiva Scotch, el estropajo Scotch-Brite,… y el tartán.
Tartán: ¿sí o no?
Entonces, ¿es correcto utilizar la palabra “tartán” para referirse a cualquier pista de atletismo? Sí y no. Desde un punto de vista coloquial, cualquier aficionado al deporte entenderá a qué se está refiriendo un interlocutor cuando utiliza ese término. Sin embargo, si se toma la definición más literal que recoge el diccionario de la RAE, el concepto hace referencia a una marca registrada concreta y se circunscribe al “material formado por una mezcla de goma y asfalto”. La constante apuesta por la I+D ha conllevado que en las actuales pistas sintéticas de atletismo se utilicen nuevos materiales más eficientes, técnicos y medioambientalmente sostenibles. En consecuencia, sería una incorrección denominar “tartán” a los pavimentos más recientes.
En el actual catálogo de productos de 3M todavía se puede encontrar el “Tartan”. Eso sí, refiriéndose a cintas de embalaje .