Entre el dibujo a mano alzada de cómo nos gustaría que fuese una instalación deportiva y su inauguración oficial hay muchos pasos de por medio. Para ayudar a los promotores de estos recintos deportivos, la FIBA cuenta con una guía en la que explica todos los factores y condicionantes que se deben tener en cuenta para los recintos deportivos -ya sean de nueva construcción o una remodelación-, desde el pavimento a los equipamientos, el número de asientos o los recursos tecnológicos.
Tomen nota de este checklist estructurado en seis pasos:
Tanto si el recinto va a ser de nueva construcción o la remodelación de uno ya existente, la guía explica que se debe tener en cuenta qué deportes se practicarán, de dónde procederán los fondos, quiénes son los actores implicados (desde el equipo que gestionará el recinto a los clubes deportivos, federaciones locales y la comunidad local), los factores climáticos de la zona, cómo definir un cronograma de ejecución del proyecto o los condicionantes de accesibilidad, entre un largo etcétera.
La FIBA se centra -cómo no- en el baloncesto, pero también tienen muy en cuenta que muchos recintos deportivos son multideporte. En este punto recomienda valorar qué tamaño tendrá la pista de juego en función de qué disciplinas deportivas acogerá (aconsejando no sobrecargar el uso de la instalación), así como el aforo estimado. Una segunda subsección se centra en la rentabilidad económica del mismo, señalando la necesidad de contar con un plan de negocio que abarque desde el coste de alquiler de la instalación a fijar jerarquías de patrocinios, entre otras posibilidades. Recomendación de la FIBA: que prime la flexibilidad en todas estas decisiones.
Para las cuestiones más estrictamente deportivas, la guía establece cuatro aspectos que se deben tener en cuenta: cómo debe ser la pista de juego (con menciones especiales a los proveedores aprobados por FIBA en cuanto a pavimentos y equipamientos, tecnología y específicos para baloncesto 3×3); otros aspectos importantes relacionados con el propio juego, como los vestuarios; qué servicios se pueden encontrar en los alrededores del recinto deportivo; y, por último, aspectos a tener en cuenta como la accesibilidad o la sostenibilidad del proyecto.
Este capítulo se centra en las instalaciones deportivas outdoor, recomendando tener en cuenta sobre qué superficie se va a jugar y la subbase.
Aspectos que se deben tener en cuenta durante la planificación del proyecto: cómo será la gestión diaria del recinto e, igual de importante, cómo se realizará el mantenimiento y limpieza de la instalación (con especial atención al pavimento).
La FIBA no es ajena a la constante evolución de múltiples tecnologías, las cuales van ganando un irremediable protagonismo tanto en los propios recintos deportivos como en el desarrollo de los distintos deportes. En este apartado se analizan desde sistemas de vídeo y la producción remota a sistemas de recolección de estadísticas o el uso de tecnologías led. «La conectividad y transferencia de datos entre diferentes tecnologías es fundamental para optimizar la experiencia», remarcan.
Bonus: ¿Y si se quieren acoger competiciones FIBA?
La guía también cuenta con un apartado de recomendaciones y requisitos que se deben cumplir si se quiere que la instalación acoja competiciones FIBA tanto de Nivel 1 como de Nivel 2. A través de una tabla comparativa, fija requisitos dependiendo del tamaño de la instalación, su capacidad, qué clase de pavimento debe tener o cómo deben ser los marcadores, entre un largo etcétera.