A la hora de diseñar un material deportivo de uso exterior se deben tener en cuenta muchos factores: rendimiento, resistencia, función deportiva, función técnica, durabilidad… En este análisis no se pueden obviar los factores climatológicos, que tendrán un impacto directo sobre las superficies o equipamientos y pueden variar notablemente en función del clima donde se ubicará la instalación. Si en el desarrollo de los productos no se ha tenido en cuenta esta protección frente al clima, los rayos ultravioleta (UV) pueden tener una incidencia directa tanto en su coloración como resistencia.
La tecnología permite que se pueda analizar el impacto de determinados factores ambientales -como los rayos UV- sin que los productos salgan del laboratorio, todo ello gracias tests como el WOM (acrónimo de Weather-O-Meter) o el QUV. Con el WOM, los materiales se ‘envejecen’ de manera acelerada para comprobar cómo será su respuesta a lo largo del tiempo ante una situación climática concreta. Los materiales que se testan se introducen en una cámara en la que, de una manera acelerada, se someten a la radiación de los rayos UV, cambios de humedad, lluvia o sequía, entre otros factores ambientales.
Una hora en la cámara del WOM equivale a muchas más horas reales de exposición. Así, de una manera mucho más rápida, se puede estimar la resistencia y durabilidad de un material y, por consiguiente, definir su garantía.
Aplicaciones prácticas
El test WOM se utiliza para analizar la resistencia de materiales en equipamientos y pavimentos deportivos que se instalan al exterior, como pistas de atletismo, césped artificial o los asientos de las gradas.
Pistas de atletismo:
Al test WOM se someten muestras del pavimento de las pistas para obtener la certificación según norma europea EN 14877:2013. Esta norma fija una serie de valores que se miden antes y después de envejecimiento acelerado. Entre ellas se encuentran no solo la pérdida de color o la resistencia a la tracción (ambas ligadas a la durabilidad del material) si no también aspectos biomecánicos ligados al rendimiento deportivo como la absorción de energía, elongación hasta la rotura, la resistencia al desgaste por efecto de las zapatillas de clavos, etc…
Asientos:
Para estimar cómo resistiría un modelo de asiento a las inclemencias de la exposición al exterior, se introduce en la cámara WOM una muestra del material que debe tener el mismo espesor y características que el asiento que se quiere testar y con un porcentaje de colorante idéntico al asiento real. Como curiosidad, no todos los colores resisten igual, por lo que determinados colores no son recomendables para zonas de alta radiación UV.
Césped artificial
Mediante el test WOM, las fibras de césped artificial se testan respecto a la resistencia del color y sus características físico-mecánicas. Una lámpara de xenón irradia las muestras simulando un envejecimiento acelerado. Dependiendo de la normativa se utilizan diferentes tipos de lámparas, pudiendo variar también el tiempo de exposición.
Las muestras se exponen durante un determinado tiempo a una lámpara durante 5.000 o 3.000 horas según la normativa. En el caso del césped para fútbol, tanto la normativa europea EN 15330-1:2013 como la normativa FIFA Quality Programme for Football Turf exigen ensayar los productos tras someterlos a envejecimiento acelerado. World Rugby y la Federación Internacional de Hockey (FIH) también requieren 5.000 horas de exposición a los UV-A.