Transporte, logística, planificación, coordinación, capacidad de reacción, experiencia, conocimiento del deporte… Son innumerables los factores que definen la labor diaria de los equipos de asistencia técnica que trabajan en los eventos deportivos. Son ‘invisibles’ a ojos del público, pero siempre están ahí antes, durante y después de cada competición. Porque, sin su profesionalidad y coordinación con el resto de equipos, ningún evento saldría adelante. Su trabajo consiste en que cualquier competición deportiva cuente con la garantía de que se va a desarrollar correctamente tanto en materia de seguridad para los atletas o deportistas como para la propia evolución de la competición. ¿Pero en qué consiste su trabajo? ¿Cómo se planifican? ¿Cómo preparan las pruebas deportivas? Recorremos un camino que, en muchas ocasiones, les lleva a miles de kilómetros de distancia de sus hogares.
Primera parada: envío del material
Cada deporte y cada competición son únicos, pero la primera parte del trabajo de estos equipos está directamente relacionada con la logística y el envío de los equipamientos y materiales requeridos para la prueba. Ese listado varía mucho tanto en forma como en cantidad dependiendo del deporte, sumando cientos de referencias en el atletismo.
Los materiales acostumbran a llegar al destino antes que el propio personal del equipo técnico. Es la organización del evento o el nuevo propietario de ese equipamiento quien se encarga de descargarlo, almacenarlo y desembalarlo.
Segunda parada: todo preparado para el evento
Antes de que el equipo técnico se desplace al lugar en el que se va a desarrollar la competición, detrás dejan varias reuniones de coordinación y planificación con el comité organizador y el resto de equipos de trabajo que participan en cada cita. Como en las competiciones profesionales no se deja nada al azar, todos cuentan con un documento con los horarios exactos para poder planificar el desarrollo del evento. Especialmente particular es el caso del atletismo, ya que suma numerosas pruebas en distintos puntos de la pista, cada una de ellas con sus propios equipamientos. Este documento en el que se dividen las pruebas por cada sesión -mañana y tarde-, está la planificación del equipamiento necesario, horarios, cuánto duran los calentamientos y su hora de inicio… acompañados de un plano de la ubicación de los elementos que se van a usar en la competición. Este documento marca además los márgenes de las transiciones, que es el tiempo necesario para cambiar un equipamiento por otro en la propia pista, y que en ocasiones es bastante ajustado. Con ese planning, el equipo técnico se encarga de asegurarse de qué equipamientos deberán estar preparados en pista, cuándo y cómo.
La primera tarea del equipo técnico cuando llega al lugar del evento es la supervisión del montaje, que suele correr a cargo de un equipo local designado por el comité organizador de la competición. Una vez instalado y con la suficiente antelación antes del evento, comienza la fase de testeo para verificar que todo funciona correctamente y es acorde a los requisitos que fija cada reglamento. Por ejemplo, en atletismo se realizan pruebas in situ de los saltómetros motorizados, de los bancos para atletas si están equipados con tecnología led… Para el baloncesto, por su parte, también se ensaya y se tiene muy en cuenta toda la electrónica que se va a utilizar, ya que el desarrollo de este deporte está muy estrechamente vinculado a esta parte tecnológica.
Antes del evento oficial también se realizan pruebas y test con los deportistas que van a competir, pudiendo familiarizarse así con el entorno y los equipamientos.
Tercera parada: la competición
Cuando la competición oficial comienza, nadie del equipo técnico puede estar sobre la pista o la cancha a no ser que sea estrictamente necesario. Cuando la cita es de atletismo, es durante las transiciones cuando el equipo de trabajo local se encarga de sacar de la pista el material que ya se ha utilizado y de colocar el de las pruebas venideras. El equipo técnico supervisa estos trabajos para asegurarse de que se cumplen los parámetros de normativa, ubicación…
Si la competición es de baloncesto, los integrantes del equipo técnico trabajan para verificar el correcto funcionamiento de la electrónica, el cableado, la señal audiovisual… y siempre están muy atentos y cerca de la mesa de anotación para que no se produzca ninguna incidencia. Si deben intervenir pero no es necesario parar el partido, se establece con el comité de competición cuál es el mejor momento, normalmente durante un tiempo muerto, al acabar un periodo o en el descanso, dependiendo de la situación.
Entran aquí en juego varios rasgos característicos de estos profesionales: por una parte, su amplio conocimiento tanto del deporte en el que están asistiendo como del equipamiento que se utiliza; por otra, su agilidad de respuesta para poder prestar asistencia en el menor tiempo posible ante cualquier situación, planificada o no. Y todo ello con capacidad para ser ‘invisibles’, sabiendo cómo y cuándo moverse por el recinto deportivo teniendo en cuenta tanto el desarrollo de las pruebas como el tiro de cámara.
Fin del viaje: vuelta tras la competición
Cuando los deportistas acaban la competición, el trabajo del equipo técnico continúa, ya que trabajan con el back office de la empresa para dejar a punto el equipamiento en la instalación u organizar -si fuera el caso- la correcta preparación y envío del equipamiento utilizado a su destino correspondiente.