Ruedas, ruedas y más ruedas. La popularidad de los deportes sobre patines no para de crecer tanto por su mayor integración en los hábitos cotidianos como por la arraigada tradición que tiene el hockey en muchas localidades del país. No en vano, España está considerada como la mejor selección de hockey sobre patines del mundo: el combinado masculino ya atesora 17 campeonatos del mundo, 17 campeonatos de Europa y 16 títulos de la Copa de las Naciones; la Selección femenina, por su parte, también es la más laureada: 7 mundiales y 6 campeonatos de Europa. Entonces, ¿qué pavimento se recomienda para un pabellón deportivo que va a acoger deportes sobre ruedas?
Actualmente no existe ningún pavimento deportivo sintético punto-elástico -caucho o PVC, por ejemplo- certificado por la norma UNE EN 14904 para uso interior que sea válido tanto para deportes que se juegan con zapatillas como con ruedas. El motivo es que los sistemas punto-elásticos ofrecen absorción de impactos para deportes de zapatillas, pero dificultan el rodaje de las ruedas y frenan a los deportistas que usan patines. Más allá del patinaje de iniciación, no son una solución aceptable para clubes federados de patinaje o equipos de hockey.
Pese a que cada vez están más en desuso, otra opción que algunos responsables de pabellones podrían valorar es un pavimento deportivo prefabricado de linóleo. Estas superficies se caracterizan por un escaso espesor (entre 2 y 4 milímetros), que en ocasiones se completa con una subbase de caucho reciclado. ¿Cuál es el problema del linóleo? No suelen ser superficies certificadas por la normativa para pavimentos deportivos UNE EN 14904 y su rigidez puede ser beneficiosa para las ruedas, pero afecta al rendimiento biomecánico de los jugadores de otros deportes. Además, la composición de este tipo de pavimentos también tiene una implicación directa en su durabilidad, ya que los giros y frenadas tan propios de los deportes sobre ruedas desgastan rápidamente estas superficies de linóleo, requiriendo reparaciones y mantenimientos continuos.
¿Y el hormigón pulido y el terrazo? Aunque no podemos considerar a ninguno de los dos como un pavimentos deportivos, son superficies válidas para los deportes de ruedas, pero conllevan sacrificar un buen rendimiento en el resto de deportes. Además, para el patinaje de alto nivel, el hormigón pulido tampoco es la superficie más deseada por el excesivo agarre de las ruedas en los giros y frenadas. A todo ello se suma la dureza que conlleva en las caídas de los patinadores.
La solución es área-elástica
Descartados los pavimentos sintéticos de PVC y caucho y conscientes de las limitaciones del linóleo, el hormigón pulido y el terrazo, ¿cuál es la solución? El único pavimento deportivo de uso interior, certificado como tal por la normativa vigente UNE EN 14904, totalmente válido para la práctica de deportes tanto con zapatillas como con patines es un sistema deportivo área-elástico con acabado en madera .
El ‘corazón deportivo’ de estos sistemas área-elásticos se ubica en la subbase y no en la capa final, ya que ahí es donde se logra que la absorción de impactos se expanda en un área y no en un punto concreto. Por su parte, los acabados de la superficie en madera permiten perfectamente el rodaje de los patines. Los pavimentos área-elásticos no son solo la mejor opción para los deportes de ruedas, también son una solución óptima para los deportes que se juegan con zapatillas.
Marcaje para la práctica de patinaje artístico sobre un pavimento área-elástico
Está claro que la mejor opción para las ruedas es un sistema de madera. Pero, llegados a este punto, ¿qué es más recomendable, madera maciza o tarima ? A la hora de tomar esta decisión influyen varios factores, como la climatización del pabellón, la humedad o la inversión disponible. La madera maciza -normalmente de haya o arce- ofrece un muy buen comportamiento en los deportes sobre ruedas o patines tanto por su dureza como por la resistencia al desgaste y a los impactos de los patines. La tarima, por su parte, también es una opción perfectamente válida pero requiere menor inversión y corre menos riesgos de dilatación en zonas con climatologías más extremas o en pabellones que no disponen de sistemas de climatización.
Si los pavimentos de madera son la mejor solución para los deportes con ruedas, también es cierto que no todas estas superficies deportivas área-elásticas han sido diseñadas específicamente para las ruedas. De hecho, muchas se diseñan para deportes como el baloncesto, que precisa de una elevada de absorción de impactos . Ante cualquier duda, lo recomendable es contactar una empresa especializada que analice cuál es el pavimento de madera más adecuado en función de las disciplinas deportivas que se quieran practicar.
Barnices y mantenimiento de la superficie
Para los deportes de ruedas también se debe tener muy en cuenta el barniz de la superficie, ya que su función es importantísima para el agarre equilibrado tanto de las zapatillas como de las ruedas, además de proteger la madera. También se debe tener en cuenta que para los pabellones no vale cualquier barniz: debe ser deportivo para garantizar unos parámetros correctos de agarre y deslizamiento. El barniz deportivo debe de ser resistente, y en los deportes de ruedas especialmente equilibrado, ya que aplicar un barniz que no sea el correcto puede ser un grave problema para el patinaje no solo en los giros y frenadas, sino también en el esfuerzo que hay que realizar en el propio desplazamiento.
Todas las superficies deportivas requieren mantenimiento, pero esta tarea es aún más relevante en pavimentos con acabado de madera en los que se practican deportes sobre patines con frecuencia. Las ruedas son un complemento que actúa de una manera más agresiva sobre el pavimento que las zapatillas, por lo que estas superficies necesitarán renovaciones más frecuentes de la capa final de barniz para que la madera esté siempre protegida y en óptimas condiciones deportivas.
El desgaste y deterioro de la superficie no implica necesariamente el fin de la vida útil del pavimento, ya que los profesionales pueden recuperar y renovar la pista con los tratamientos adecuados. Las operaciones más habituales de renovación consisten en un vibrado con lijas de grano para abrir el poro del barniz ultravioleta, sellado de hendiduras profundas con ceras y repintado de todos los marcajes de los campos. Completados estos trabajos, se aplican dos capas de barniz de poliuretano al agua para dar el acabado necesario a la superficie deportiva.